¿El secreto para un mejor café? Las aves y las abejas
- Un estudio pionero calcula los efectos de las aves y las abejas en el café, y propone una mejor forma de medir el “trabajo no remunerado” de la naturaleza.
4 de abril de 2022. Un nuevo e innovador estudio revela que los granos del café son más grandes y abundantes cuando las aves y las abejas se unen para proteger y polinizar sus plantas.
Sin estos ayudantes con alas, algunos de los cuales viajan miles de kilómetros, los caficultores verían reducido el rendimiento de sus cosechas en un 25%, lo que supone una pérdida de aproximadamente $1 066 USD por hectárea de café.
Esta es una cifra importante para una industria del café de alrededor de $26 000 millones USD—incluyendo a los consumidores, los agricultores y las empresas que dependen del trabajo no remunerado de la naturaleza—. Sin embargo, la investigación expone implicaciones aún más amplias.
El estudio, publicado en la revista internacional Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), es el primero que demuestra, mediante experimentos directamente en campo en 30 fincas de café, que las contribuciones combinadas de la naturaleza —en este caso, la polinización de las abejas y el control de plagas por parte de las aves— son mayores que sus contribuciones individuales.
“Hasta ahora, los investigadores calculaban los beneficios de la naturaleza por separado y luego simplemente los sumaban”, afirma la autora principal e investigadora del CATIE (Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza), Alejandra Martínez-Salinas. “Pero la naturaleza es un sistema que interactúa lleno de importantes sinergias y compensaciones. Nosotros demostramos la importancia ecológica y económica de estas interacciones en uno de los primeros experimentos a escalas realistas en fincas.”
“Estos resultados sugieren que evaluaciones anteriores de servicios ecológicos individuales —incluidos importantes esfuerzos mundiales como la IPBES— pueden en realidad subestimar los beneficios que la biodiversidad proporciona a la agricultura y al bienestar humano”, afirma Taylor Ricketts del Instituto Gund de Medio Ambiente de la Universidad de Vermont (UVM). “Estas interacciones positivas significan que los servicios de los ecosistemas son más valiosos juntos que por separado”.
Para el experimento, investigadores de América Latina y Estados Unidos manipularon plantas de café en 30 fincas diferentes, excluyendo aves y abejas con una combinación de grandes redes y pequeñas bolsas de malla fina. Probaron cuatro escenarios clave: únicamente actividad de aves (control de plagas); únicamente actividad de abejas (polinización); ni actividad de aves ni abejas; y, por último, un entorno natural en el que las abejas y las aves eran libres de polinizar y comer insectos, incluyendo la broca del café, una de las plagas más dañinas que afecta la producción a nivel mundial.
El estudio muestra cómo los efectos positivos combinados de las aves y las abejas sobre el cuajado, el peso y la uniformidad de los frutos —factores clave para la calidad y el precio— fueron mayores que sus efectos individuales. Sin las aves y las abejas, el rendimiento medio disminuyó casi un 25%, el cual es valorado en unos $1 066 USD por hectárea.
“Una razón importante por la que medimos estas contribuciones es para ayudar a proteger y conservar las numerosas especies de las que dependemos, y que a veces damos por sentadas”, destaca Natalia Aristizábal, candidata al doctorado en el Instituto Gund y la Escuela Rubenstein de Medio Ambiente y Recursos Naturales. “Las aves, las abejas y millones de otras especies sostienen nuestras vidas y medios de subsistencia, pero se enfrentan a amenazas como la destrucción del hábitat y el cambio climático”.
Uno de los aspectos más sorprendentes del estudio es que muchas de las aves que controlan las plagas de las plantas de café en Costa Rica, migran miles de kilómetros desde Canadá y Estados Unidos, incluido Vermont, donde tiene su sede el equipo de la UVM. Actualmente, el equipo también está estudiando cómo los cambios en los paisajes agrícolas afectan la capacidad de las aves y las abejas de aportar beneficios a la producción de café. Para ello, el equipo cuenta con el apoyo del Servicio de Pesca y Vida Silvestre de los Estados Unidos (USFWS) a través de la Ley de Conservación de Aves Migratorias Neotropicales.
Además de Martínez-Salinas (Nicaragua), Ricketts (EE. UU.) y Aristizábal (Colombia), el equipo internacional de investigación del CATIE también contó con los aportes de Adina Chain-Guadarrama (México), Sergio Vílchez Mendoza (Nicaragua) y Rolando Cerda (Bolivia).
Si desea tener acceso al artículo completo, puede solicitarlo por medio del sitio oficial de PNAS aquí.
Mayor información:
Alejandra Martínez-Salinas
Líder
Unidad de Bosques y Biodiversidad en Paisajes Productivos
amartinez@catie.ac.cr