Familias hondureñas forjan el camino hacia la producción sostenible de cacao
- Diversificaron su cacaotal y aplicaron buenas prácticas agroforestales y de manejo, obteniendo así una mejor producción
En un departamento de Honduras, llamado Olancho, las familias de Ramiro Benítez y Ángela Castro comenzaron su camino hacia la búsqueda de la producción rentable y diversificada de cacao bajo la guía y asesoría del personal técnico del proyecto Chocolate4All, aún cuando, según datos del Instituto de Conservación Forestal (ICF), este departamento perdió cerca de un 39% de su área boscosa.
Con gran entusiasmo y convicción, estas familias abrieron sus parcelas de cacao al personal técnico del proyecto y comenzaron a experimentar para comprobar si lo que les decían de diversificar su cacaotal y aplicar buenas prácticas agroforestales y de manejo les iba a traer mejores resultados, pues iban a producir más y, aunado a esto, iban a proteger la naturaleza.
Entonces, iniciaron el camino, el cual según cuentan no fue sencillo, pero sí lleno de aprendizajes y con resultados prometedores.
“Nosotros antes no sabíamos nada de cacao, por medio de estas organizaciones que nos han apoyado es que hemos ido aprendiendo y eso cada día nos va facilitando más el trabajo y nos ayuda a tener mejor conocimiento y poder mantener bien el cacaotal. Es por medio de las Escuelas de Campo que nos enseñan qué hacerle a la planta y cómo hacerlo; pero primero, y es muy cierto, hay que sembrarse el cacao en el corazón. Por ejemplo, este jardín clonal que nosotros sembramos y cuidamos después de solo un año y medio ya está empezando a producir, entonces por lo que se ve esperamos en un año más tener una buena cosecha. Eso a mí me alegra, me motiva bastante a seguir trabajando”, afirmó Benítez.
Como bien lo dice don Ramiro, el aprendizaje de estas familias principalmente se dio a través de Escuelas de Campo (ECA) del proyecto. En total, más de 1 100 personas productoras de cacao fueron capacitadas en el manejo sostenible de cacaotales, brindándoles conocimientos y habilidades necesarias para analizar, diseñar, rediseñar y manejar mejor sus sistemas agroforestales con cacao. Asimismo, en estos espacios de aprendizaje se les enseñó sobre la importancia de un dosel de sombra uniforme y buenas prácticas esenciales como poda, manejo integrado de enfermedades, fertilización, así como calidad del cacao para acceder a nuevos mercados.
Ahora estas familias están implementando estas prácticas en sus fincas, lo cual ha favorecido el establecimiento de nuevas áreas de cultivo y, por ende, permitirá incrementar aún más la productividad de sus parcelas. Además, al introducir el cacao en sistemas agroforestales, el cultivo se volvió más sostenible pues genera otros recursos como frutas, madera y leña.
Como líderes en el camino, las familias de Ramiro y de Ángela también ahora cuentan con jardines clonales que servirán como fuente de material genético de calidad, certificado y de alta productividad para ellos y las demás personas productoras de cacao de sus comunidades y zonas aledañas.
Para estas familias aprender sobre los diferentes rubros del cultivo del cacao y llegar a recibir un diploma representó una gran oportunidad para mejorar su producción y contar con mayores ingresos, pero también una experiencia de vida.
“La experiencia de participar en una Escuela de Campo ha sido muy bonita porque aquí, por ejemplo, somos 11 productores entre hombres y mujeres y cuando se ha hecho la ECA hemos andado todos juntos y aprendemos sobre el tema de las plantas. Nos gusta porque se ve el progreso de la tierra y pues también no solo vemos los resultados propios, sino que también vemos los resultados que obtienen otras personas, y como familia pues el cultivo del cacao es bonito porque no trabaja una sola persona, sino que puede trabajar toda la familia en conjunto. El cacao es algo muy valioso para nosotros”, expresó Castro.
El hijo de doña Ángela, Melvin Ortiz, manifestó que lo que más le gusta de la producción de cacao es el ambiente verde. “Yo amo la naturaleza y me gusta contribuir de esa manera, pero siempre que uno toma ideas o planes para cultivar también espera recibir un incentivo que, en este caso, lo recibe de parte de la cosecha del cacao y pues aprendiendo a manejar bien el cacaotal se recibe buen incentivo; así que hay dos motivaciones”, comentó Ortiz.
El proyecto Chocolate4All trabajó en Olancho con estas y muchas otras familias productoras de cacao durante más de tres años, logrando contribuir con el crecimiento del sector en la zona, principalmente a través de asistencia técnica, fortalecimiento de capacidades y transferencia de conocimientos y metodologías innovadoras.
Chocolate4All fue ejecutado por Heifer Internacional Honduras y financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), con el apoyo técnico del CATIE (Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza) y la Universidad Nacional de Agricultura de Catacamas (UNAG), en sus intervenciones en campo y capacitación.
Mayor información:
Rolando Ceda
Líder
Unidad de Agroforestería y Mejoramiento Genético de Café y Cacao
CATIE
Redacción:
Karla Salazar Leiva
Comunicadora
Tecnología de Información y Comunicación
CATIE
Carlos Rosales
Gerente
Proyecto Chocolate4All
Heifer International
Tag:cacao, Chocolate4All, familias, Honduras